jueves, 16 de abril de 2009

El voyeur VI

Hoy en el trabajo no han parado de preguntarme si me encontraba bien. No me extraña; con estas ojeras, moviendome con extremo cuidado y evitando los gestos bruscos, era inevitable que los compañeros hiciesen bromas sobre los efectos del alcohol en jóvenes inexpertos.

Incluso tú te acercaste a mi con cara seria y te interesaste por mi estado. Tu rostro una perfecta máscara de preocupación. Pero al parecer no pensaste en que nuestro lugar de trabajo destaca por la cantidad de espejos que hay por todas partes: cuando te ibas pude sorprender en un reflejo tu sonrisa pícara. Sabes perfectamente que las ojeras son debidas a las horas que he pasado viendo una y otra vez el vídeo que me has dedicado. Seguro que también sospechas que, si me muevo demasiado deprisa, el roce de la ropa en la entrepierna me causa terribles dolores.

A pesar de mi estado hoy he dejado de nuevo la camara en el lugar acostumbrado. Pasaré a recogerla luego, cuando hayas terminado de ducharte. No quiero interrumpir esta complicidad que comienza a surgir entre nosotros, aunque no veré la cinta hasta que me recupere. Podrían reabrirse las heridas y no quiero tener que explicarle a un médico lo que me pasa.

2 comentarios:

  1. Vexo que te decides a continuar. Ben por ti!
    Eu tamén o vou facer, pero non por agora. Teño un lote de traballo para estes días.

    Bicos

    ResponderEliminar
  2. Ola, señor Grillo,
    Como lle van as cousas? Eu, coma sempre, traballando. Pensei que daría feito esta fin de semana, pero parece que aínda vou tardar un pouco máis en rematar as cousas que tiña pensado facer. En fin, para cando a seguinte parte? Espero impaciente pola continuación.

    ResponderEliminar